lunes, 16 de noviembre de 2009

Intento II

A mediados de este año vino a mí una nueva, genial aunque un tanto ambiciosa idea.
Una investigación acerca de 'la necesidad del ser humano de exhibirse en la era postmoderna'.

Wow, me dije... lo tengo.
Facebook, Gran Hermano, Realities Varios...
El nuevo periodismo de investigación, plagado de periodistas-demagogos que simulan camuflarse con el objeto a investigar.
Y el fenómeno de las redes sociales, gracias al cual la fucking nueva generación (la generación Z) cree que tiene cosas importantes para mostrarle al mundo, y que el mundo (por alguna razón que desconozco) EFECTIVAMENTE se interesa en sus vidas vacías de contenido.
El culto a la nada, evidenciado a través de los medios, y principalmente de Internet.

Essssa!!!
Va a ser difícil, supuse, pero a decir verdad lo difícil nunca me asustó.
En un minuto tramé todo el plan, como suele pasar con mi cabeza que va a diez mil por hora.
En dos minutos, ya había imaginado todo, hasta el desenlace, con laureles, toga, acto de colación y aplausos incluídos.

Rápidamente llamé a la facultad y pedí hablar con mi profesor, antes que mi entusiasmo se esfumara. Concertamos una entrevista un par de días después.

Casi que con la otra mano le estaba enviando un mail a mi tutora, adelantándole algo de la idea y pidiéndole que ¡por favor! nos reuniéramos urgente.

Cuestión, fui a mi profesor con un boceto de la idea. Y si bien él no terminaba de encontrarle la vuelta, se la encontré yo para convencerlo.

Me reuní con mi tutora días después, y la idea tampoco terminaba de cerrarle. "Me cuesta bajarla a la realidad", sentenció.
Fuck!
Que se yo...soy acuariana. La mayor parte de mi mundo flota allá arriba, pensé. Bajarlo a la realidad no sólo no es un problema, sino que no se trata ni siquiera de una posibilidad a considerar.

Ok... a pulirla entonces.
Me fui tratando de apretar las ideas en mi cabeza para que no se vayan. Pero sobre todo, haciendo un esfuerzo casi titánico para no desanimarme.
Apunté un par de cosas en mi anotador mientras volvía en el cole.
Me prometí poner manos a la obra al día siguiente.
Mi entusiasmo suele ser efímero, y más cuando se trata de estas cuestiones.
Suelo boicotear mis ideas con la misma intensidad y frecuencia que las genero, es decir: constantemente.

Al día siguiente...me encuentro con un amigo que no veía hace tiempo.
- ¿En qué andás?, Me pregunta.
- En no mucho a decir verdad... sólo mi maldita tesis
- Mirá que bueno, che. Y...¿De qué la vas a hacer?
- Ehm... es medio teórica...una investigación sobre la necesidad de exhibirse del ser humano....
bla..
bla..
bla..
bla.....................................................................................................y la entrego a fin de año.

- (Lanzó una carcajada, no miento) Estás loca!!!!! No vas a llegar ni en pedo!!!!

Listo.
Era justo lo que necesitaba para terminar de desistir.
Las ideas se escaparon de mi cabeza, junto con la motivación, la convicción y todo.
Otra vez me pasó.
Detesto mi entusiasmo fugaz.
Gracias a él, otra vez me vi obligada a tirar la toalla.

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