lunes, 16 de noviembre de 2009

Intento I


Todo había arrancado durante la cursada con la idea de una revista de comunicación.
Porque tuve tiempo, eh, y hasta una materia llamada "Proyecto final", a modo de taller de autoayuda para ir avanzando...
Y nada, en su momento no lo hice por alguna razón que desconozco.
Falta de tiempo? quizás... trabajar mil horas y estudiar no es lo más recomendable (pero es lo q hay...)
Falta de convición? también. Cuando me puse a pensar, había mil revistas que se parecían a lo que tenía en mente, con lo cual el factor "novedad"...bien,
gracias.
Pero más que eso, era la falta de motivación.
No se si a muchos les pasa, o sólo a los que nos dedicamos a la vertiente 'bohemia' del espectro universitario... pero es terrible la brecha entre lo que la facultad te enseña y lo que el mundo real efectivamente ES.
Y, una vez terminada la carrera, salís a la jungla del mundo de los medios y básicamente te querés matar. Y decís...este proyectito que me hizo creer que había descuberto la pólvora, puertas afuera de la cajita de vidrio que es la facultad
...no tiene chances.

Sí, soy bastante derrotista por naturaleza. Y autoexigente, muy. Eso a veces suma pero otras, te convierte en tu propio enemigo. Y a decir verdad, yo y mi otro yo nos agarramos a piñas bastante seguido.

En fin, un día determiné que chau revista!
Y el proyecto quedó ahí, archivado en un cajón, bajo la promesa de que un día, sin la presión de entregarlo para cumplir con la fecha de entrega, quizás lo retome. Eso implica mayor libertad creativa, menos restricciones y sobre todo, me evita de contaminar mi proyecto original con las rigideces de un puñado de decanos, profesores y sac
erdotes de mi hipercatólica facultad.

En el fondo me sentí contenta con mi decisión.
Pero en seguida sobrevino un nuevo interrogante.
Y ahora ¿Qué hago?

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